Vive Andalucía-Cádiz

Un pequeño recorrido por esta hermosa tierra Gaditana. Cádiz - Cádiz

lunes, 26 de marzo de 2012

Virgen del Carmen, patrona de los Gaditanos


España es uno de los países donde más arraigada se encuentra esta advocación. Los pescadores han nombrado a la Virgen del Carmelo su fiel protectora y, además, la Marina Española le ha concedido el título de Patrona. Por esta razón, la Virgen del Carmen es conocida como "la estrella de los mares" (Stella Maris).
El primer convento carmelita de la Península Ibérica aparecería en Perpiñán (Francia), entonces ciudad de la Corona de Aragón, estableciéndose su fecha fundacional entre 1265 y 1269. Su propagación fue rápida por toda la Península, llegando a Sevilla en 1358, ciudad desde la que se impulsará la creación de la destacada Provincia Bética Carmelitana, en 1499. En esta época empezarán a surgir las primeras comunidades femeninas de religiosas carmelitas en todo el territorio. Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, también durante el siglo XVI, introdujeron profundas reformas en el seno de la Orden dando origen a los "Carmelitas Descalzos", una nueva congregación más austera que se separa de la orden matriz, la cual pasó a llamarse "Carmelitas Calzados" o de la "Antigua Observancia". A pesar de esta división, continuaron en siglos sucesivos su camino espiritual por todo el mundo.
Prácticamente todos los pueblos y ciudades de la costa española rinden culto religioso a la Virgen del Carmen, organizándose procesiones y vistosas romerías marítimas portando su imagen cada 16 de julio: destacan las celebraciones de Águilas, Algeciras, Barbate, Cádiz, Chiclana de la Frontera, El Perelló, Estepona, Fuengirola, Isla Cristina, La Isleta (Las Palmas de G. C.), La Línea de la Concepción, La Orotava, Los Realejos, Málaga, Marbella, Mazagón, Puente Mayorga, Puerto de la Cruz, Punta Umbría, Revilla de Camargo, Rota, San Fernando, San Pedro del Pinatar, Suances y Santurce. Pero es quizá más significativo, por antiguo y secular, el enraizamiento de la advocación en determinadas localidades del interior no vinculadas con el mar pero consagradas históricamente a la Virgen del Carmen: Asturianos, Baeza, Beniaján, Cox, Durcal, Guadix, Jerez de la Frontera, Peleas de Abajo, Peñausende, Hinojosa del Duque, y Rute, entre otras.
Esta devoción se difundió por toda Europa y contó con Santos de la talla de San Juan de la Cruz y Santa Teresa; no es extraño que llegara a América y  acompañara el despertar a la fe de nuestros indígenas que la veneraron desde mediados del siglo XVI. Ya en el siglo XVIII se encuentra en Mendoza la imagen que hoy veneramos, pues don Pedro de Núñez “caballero de gran fortuna y devoción, donó la imagen y todo lo necesario para el culto de la Virgen del Carmen”.Primero estuvo en el templo de los Padres Jesuitas estando fundada la Cofradía. En 1.776, a raíz de la expulsiön de la Orden, la imagen fue trasladada a San Francisco, des­de donde presidiría una de las más bellas jornadas de la historia de nuestra patria. Llega el año 1814, momento en el que San Martín hará de los pacíficos habitantes de Cuyo, heroicos soldados forjadores de libertad, pero ellos necesitarán una Madre que los ampare y de sentido a tanto sacrificio. Es de todos conocida la profunda devoción que el Libertador profesó a la Virgen y que lo hizo nom­brarla Generala de su Ejército, superando los respetos humanos de una época en la que el liberalismo había impuesto la idea de que “la religión es asunto privado”. Tanta importancia dio al tema, que lo decidió con su Estado Mayor, según dice Espejo en su obra El Paso de los Andes:”la devoción a la Virgen del Carmen es­taba muy arraigada en Cuyo y casi todos los soldados llevaban su escapulario, por eso fue ella la que tuvo preferencia” dice, y más adelante describe la brillante ceremonia (5 de enero de 1.817) durante la cual San Martín le entrega su bastón de mando, la nombra Generala, y hace bendecir también la Bandera de los Andes, ”saludada por dianas y la banda con cajas y clarines, mientras rompía una salva de veintiún cañonazos, ante el ejército de gran gala y todo el pueblo de Mendoza”. Más tarde, después de sus triunfos, entregará definitivamente su bastón,  esta vez en el silencio que acompaña a todo lo grande y dejando aquella conocida carta:” la protección que ha prestado al Ejército de los Andes su Patrona y Generala la Virgen del Carmen son demasiado visibles...” Ambas reliquias, el bastón y la carta, se conservan hoy en el Camarín de la Virgen, como mudos testigos de la parte que Ella tuvo en la grandeza de alma de nuestro Libertador. Siendo Generala del Ejército Argentino, junto a la banda, acompaña a la imagen nuestra bandera. Como así también las banderas de Perú y Chile, al ser esta advocación Patrona de los 2 países vecinos.

viernes, 16 de marzo de 2012

otra buena chirigota 2012

chirigostas carnaval de cadiz 2012


Para aclarar el origen del Carnaval los estudiosos nos remiten a distintas civilizaciones que, sin usar el mismo concepto de la fiesta, han manejado objetos y utensilios similares a los que se usan en Carnaval, y recuerdan el origen remoto que pueden suponer las bacanales (fiestas en honor de Baco), las saturnales (al Dios Saturno) y lupercales (al Dios Pan), celebraciones que se conocieron tanto en la antigua Grecia como en la Roma clásica.
Sin embargo, parece ser que el Carnaval de Cádiz, es un hijo, aunque sea pródigo, del cristianismo; mejor dicho, sin la idea de la Cuaresma no existiría en la forma en que ha existido desde fechas oscuras de la Edad Media Europea. Se lo relaciona también con los ritmos del tiempo, con la percepción cualitativa del tiempo. El cristianismo establece «un orden pasional del tiempo», en el que los momentos de alegría y tristeza se alternan cronológicamente, según sea tiempo de prohibiciones o tolerancias, asimilados por el cristianismo. El Carnaval es una consecuencia de la concepción simple del tiempo que adopta el cristianismo. Una concepción ajustada a los ciclos vitales y de las cosechas.
Su principal significación es que autoriza la satisfacción de todos los apetitos que la moral cristiana, por medio de la Cuaresma, refrena acto seguido. Pero al dejarlos expansionarse durante un periodo más o menos largo, la moral cristiana reconoce también los derechos de la carne, la carnalidad. El Carnaval encuentra así, además de su significación social y psicológica, su función equilibradora en todos los aspectos. Y todo pese a que en 1523, Carlos I había prohibido totalmente las máscaras.
Pero sin duda con el transcurso del tiempo distintos aspectos se han ido marcando con mayor profundidad hasta alcanzar en Cádiz una fiesta distinta. En el proceso de su propia definición, el Carnaval gaditano toma peculiaridades del italiano, explicable por la influencia fundamentalmente genovesa que Cádiz conoció desde el siglo XV, tras el desplazamiento hacia el Mediterráneo de los turcos, los comerciantes italianos se trasladan a Occidente, encontrando en Cádiz un lugar de asentamiento perfectamente comunicado con los objetivos comerciales que los genoveses buscaban: el norte y centro de África. Los antifaces, las caretas, las serpentinas, los papelillos (confeti) son otros tantos elementos que se asimilaron del carnaval italiano.